Su gran problema: hacen que el pie se estire demasiado, provocando una condición denominada fascitis plantar.
Cuando de zapatos se trata, la primavera es una estación complicada. A veces hace mucho frío para vestir sandalias y otras, mucho calor como para ponerse botas. Por eso, las ballerinas se han convertido en una excelente opción para muchas mujeres, mejor aún si son planas y permiten el descanso de los pies.
Sin embargo, según los médicos lo cierto es que los zapatos completamente planos no son tan beneficiosos para la salud como se cree, y de hecho pueden causar tantos o más problemas como lo hacen los criticados tacos altos.
“Si se lleva usando taco durante mucho tiempo, el cambio brusco (a zapato plano) produce como una descompensación y hace que empiece a doler”, explica Fernando Larraguibel, traumatólogo especialista en columna vertebral.
Al parecer el mayor inconveniente que presentan los zapatos planos, es que ofrecen poco o nada de soporte al arco del pie y, por lo tanto, hacen que éste se estire demasiado, provocando la denominada fascitis plantar, la que -según Larraguibel- “es lejos la mayor causa de dolor en la planta de los pies”.
Para comprender qué es esta condición, es necesario saber que los músculos de la planta de los pies están cubiertos por una membrana llamada fascia plantar, la cual al inflamarse se contrae y acorta, dando origen a un dolor que se siente especialmente en el área del talón.
“El dolor aumenta al caminar y una vez que se instala, es prácticamente permanente”, afirma el especialista.
Las molestias que causa la fascitis plantar son tan características, que un traumatólogo podría diagnosticarla sólo realizando un examen físico del paciente. Sin embargo, por lo general se le pide una ecotomografía que muestre las partes blandas del pie -fascia, tendones y músculos-, y también una radiografía.
Fernando Larraguibel explica que el dolor provocado por la fascitis plantar es difícil de eliminar, por lo que es necesario realizar un tratamiento que incluye antiinflamatorios por un período acotado de tiempo, que se puede complementar con ultrasonido, ultratermia o hidroterapia, y ejercicios de estiramiento de la zona. Además, si el traumatólogo detecta una anomalía en el arco del pie, debe recetar al paciente el uso de plantillas ortopédicas para así evitar que la fascia plantar continúe trabajando en tensión.
“Con esas medidas se logra controlar al 90% de los pacientes”, asegura el médico.
El especialista agrega que los zapatos planos también pueden provocar dolor de espalda, ya que al bajar el talón se modifica el trabajo de los músculos de la pierna, lo que a su vez tiene efectos en la pelvis y de ahí en la columna. “Se produce un desbarajuste general”, afirma.
Por esta razón -y como sabe que las mujeres no dejarán de usar zapatos planos, tal como no han abandonado los tacos a pesar de los problemas que éstos generan-, el traumatólogo recomienda hacer el cambio de alto a bajo en forma paulatina. “Para partir, subir un poco el talón, es decir, darle uno o dos centímetros de altura, de manera que el organismo se empiece a acostumbrar de nuevo a esta condición y la fascia no esté tan tirante”, dice.
Otro consejo para evitar la fascitis plantar y otras molestias es elongar la planta del pie, aunque no haya dolor, y fortalecer los músculos. “El estiramiento consiste en llevar el pie hacia atrás y así evitar que la fascia se acorte”, explica.
Asimismo, Fernando Larraguibel sugiere no usar siempre el mismo calzado, sino que ir alternando entre los con tacos y los planos.
En tanto, otros especialistas han recomendado incorporar a los zapatos algún tipo de plantilla -de silicona, por ejemplo-, que de soporte al arco y reduzca la presión en las áreas sensibles. Esto porque otra característica del calzado plano es que no proporciona una amortiguación ni absorción de impactos adecuada para el cuerpo, tanto así que algunos los han comparado con “caminar sobre un cartón”.